martes, 28 de junio de 2011

Barras bravas, fútbol y violencia. Introducción.


“…Habían pasado, aproximadamente, unos 15 minutos desde que el arbitro había dado por terminado el partido. Recuerdo que me encontraba echándome unas “chelas”, cuando escuché que él (El N...*) estaba platicando con unos pinches polis.  “No chavos, yo que ustedes no salía de aquí en un buen rato, si no me creen asómense para que vean como sí está caliente la cosa”, escuche decir a los pinches weyes esos. En ese momento nos agrupamos y por votación decidimos salir, sin importarnos la adevertencia de los puercos. Primero salieron los niños y las morras, escoltadas por los tiras. Finalmente, despues de pensarlo unos minutos, decidimos salir del estadio; aún tengo esa imagen en mi cabeza. Alcé la mirada y neta, no te miento, había como unos 500 cabrones gritando: ¡Del Jalisco no salen vivos, del Jalisco no salen vivos!. Al momento sentí como un “chingadazo” en el pecho, como si se me fuera a salir el corazón. Todos aparentabamos una gran fortaleza, muy probablemente por la “peda” que nos cargábamos, pero podíamos ver y oler el miedo en cada uno de nostros. En ese momento nos armamos con pierdas, hielos y envases de cerveza; agarrábamos cuanta madre se nos ponía enfrente. Caminamos hacia el estacionamiento del estadio, donde habíamos dejado los autobuses para regresar al “defectuoso”; todo parecía estar en orden e incluso pensé “estos de la pinche Legión no tiene huevos, que cabrones tan putos…”. No había terminado de pensar en eso, cuando nos salieron toda la bola de cabrones, y no mames eran un chingo. Te juro que para mí fue algo impresionante, pues era mi primera batalla. No lo sé del todo, pero creo que hasta los vi acercarse como en camara lenta, tú sabes como una de esas pinches películas de Hollywood, todas “mafufas”.  Es mas, ¿sabes qué me vino a la mente? Corazón valiente… jajajajaja.
Al momento no supe cómo reaccionar, de hecho creo que nadie lo sabía, esta era una de nuestras primeras salidas como barra brava organizada. Pero unas cuantas palabras nos indicaron el camino: ¡no se separen cabrones, no sean putos, vamos a enseñarles que La Rebel no se abre!, dijo un compa al que le decíamos “El Y...” (Q.E.P.D.). Algunos se vieron bien putos y se abrieron, pero la gran mayoría permanecimos juntos, dispuestos a defender nuestros trapos y nuestro honor como barra brava. Aquello se volvió un caos, el estacionamiento del Jalisco se convirtió en un verdadero campo de batalla, volaban botellas, piedras, latas de cerveza, etc. La batalla duró unos 30 minutos, hasta que los pinches polis llegaron y comenzaron a darnos en la madre. Hasta esos hijos de la chingada estaban contra nostros, ¡hijos de su puta madre!. Cuando llegaron los cerdos decididimos retirarnos, pues el pedo con esos weyes se iba a poner más cabron y cada quen llegó al camión como pudo.  Aún reucerdo que días después podías leer en los distintos foros: “La Rebel con sólo 80 cabrones se arma de huevos y le canta un tiro a La Legión en su cancha”, “La Rebel sale victoriosa del Jalisco” o “La Legión no pudo con los 70 hinchas de La Rebel”, etc. Comenzábamos a ganarnos el respeto y el miedo de todos, habiamos demostrado los huevos que teníamos y que si nos querían vencer no iba a ser cosa fácil. Por fin habíamos logrado por lo que tanto habíamos luchado, el honor de ser un barra brava…”

*Entrevista realizada a un ex-miembro de "La Rebel", en el año 2010. 

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